Doña Olpa

DOÑA OLPA

Doña Olpa trabajó en mi casa de Melo durante diez años. Llegó en 1965. Venía de una zona rural de Tacuarembó, trayendo consigo a su hijo y sus hijas. Éstas, igualmente a trabajar como ella, en casas de familia. Cuando tenía apenas un año y medio, su madre la dio a la dueña de la estancia y allí en la estancia fue esclava. En nuestra relación cotidiana, su experiencia y sabiduría afloraban, de manera ocasional y fragmentada, pero siempre oportuna, cuando yo menos lo esperaba.